sábado, 23 de febrero de 2013

Trilogía Histórica


El 24 de febrero tiene un significado especial en la historia de Cuba. Ese día, de 1895, se reinició la lucha contra la dominación española cuyo artífice fue José Martí.  

 









También el 24 de febrero, pero de 1958 nació la emisora Radio Rebelde, en el fragor del combate por la definitiva liberación de Cuba. Fundada por Ernesto Guevara de la Serna, ha mantenido, desde entonces, su ascendencia y prestigio en el pueblo cubano.  

 









Y este domingo 24 de febrero, en el Palacio de las Convenciones, en el aniversario 118 del inicio de la Guerra Necesaria y en el 55 de la fundación de Radio Rebelde, quedará constituida la Asamblea Nacional del Poder Popular un suceso trascendente para la nación cubana que protagonizarán los 612 diputados elegidos por el pueblo el 3 de febrero último.

 

¡Que no cese el reclamo de justicia!



El mundo necesita hombres de la estirpe de Maceo que ante el enemigo respondan siempre con un Baraguá.

Así son los cinco cubanos que desde septiembre de 1998 están presos injustamente en Estados Unidos, acusados de terroristas por un gobierno que tiene en su aval la muerte de millones de personas alrededor del planeta.

Cuba no está sola en la batalla por su liberación, desde todos los rincones de la tierra se alzan voces reclamando la libertad para René, Antonio, Ramón, Fernando y Gerardo; muchos países, incluido el pueblo de Estados Unidos, están hermanados en un movimiento de solidaridad que realiza esfuerzos para que la actual administración norteamericana permita su regreso a la patria.

Las manifestaciones de respaldo al caso de los cinco, han permitido que la verdad trascienda, aun cuando las campañas de difamación sobre el proceso pretendan silenciar la justa causa.

La confianza depositada por los antiterroristas en la lucha que se libra para su regreso, alienta a los cubanos y a las personas de buena voluntad en todo el planeta, a continuar la batalla.

Es preciso multiplicar las olas de solidaridad, de verdad y dignidad para que superen las calumnias organizadas desde Europa y Estados Unidos, con el fin de ocultar el caso de los cinco.

Hoy, cuando el mundo se levanta, solidario, contra la mentira y el silencio, en Cuba seguirán los esfuerzos por los hermanos presos, juntando manos y voces para que sea escuchado el reclamo de justicia y libertad.            

jueves, 21 de febrero de 2013

La Tradición Legislativa Cubana (textos tomados de Ecured)




Vivimos por estos días una nueva constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular y  me parece oportuno retomar apuntes de la tradición legislativa cubana que nació unida al clamor de independencia, cuando en la manigua se unieron fuerzas insurrectas de la isla en un mando único que decidió, en principio, establecer la igualdad de los hombres en la tierra antillana, colonizada entonces por el poderío esclavista español.
En abril del mil 869, la Cámara de Representantes o el parlamento mambí iniciaba en Guáimaro su obra legislativa, que integraron Agramonte y Céspedes, entre otros patriotas cubanos quienes hicieron esfuerzos para dar a la contienda emancipadora una estructura institucional, estableciendo los principios de la política de la guerra y las bases democráticas de la República en Armas, con garantías para los derechos y las libertades de los cubanos, actitud de respeto que estuvo siempre presente en las dos guerras de independencia protagonizadas por los mambises, aun en medio de los violentos combates.
Lo demuestra el hecho de que en ese tiempo se proclamaron cuatro constituciones, que defendían iguales principios y tres de ellas fueron promulgadas en poblados de la región agramontina, la de Guáimaro, en 1869, la de Jimaguayú en 1895 y la de la Yaya en 1897, cada una  con más amplitud y ajustada a las tendencias de la época, en cuanto a declarar la lucha revolucionaria como única vía para la independencia absoluta, en aras de una república soberana.
La otra constitución fue adoptada en marzo de 1878, y conocida por Baraguá, daba fundamento jurídico a la esencia misma de la histórica protesta, al afirmar que la paz sólo se podría hacer sobre las bases de la independencia.


Constitución de Guáimaro - La primera Constitución de la República en Armas sesionó en Guáimaro, en abril de 1869, y este fue el sitio adecuado para ofrecer a los cubanos el aparato legal imprescindible. A partir de entonces la República en Armas fue reconocida por varios gobiernos y marcó su huella en el proceso evolutivo del pensamiento cubano.
Constitución de Baraguá – al concluir la entrevista bajo los Mangos de Baraguá, en marzo de 1878, el general Arsenio Martínez Campo preguntó a Maceo cuánto tiempo necesitaba para reanudar las hostilidades. Ocho días, fue la respuesta que recibió, el 23 de marzo se rompería el corojo, Martínez Campos se retiró y horas después escribió:
“La Historia juzgará quién ha tenido la razón en este asunto”
Cuando los telégrafos de la isla comunicaron que combatientes de Oriente habían rechazado plegar sus banderas, el asombro y la admiración se extendieron por todas partes y el nombre de Antonio Maceo traspasó para siempre las fronteras de la isla, pues el General había salvado el honor de los cubanos.
Asamblea de Jimaguayú - el 16 de septiembre de 1895 una delegación del Ejército Libertador de la República en Armas, proclamó la Constitución de Jimaguayú. Asamblea de La Yaya – en el momento de hacer la Asamblea de La Yaya, la situación internacional era peligrosa y Estados Unidos no cesaba de presionar para que España terminara la guerra, de ahí que la Constitución insertara un artículo que establecía la convocatoria a una nueva asamblea con plenos poderes para decidir sobre el futuro del país, si los españoles abandonaban la Isla o los cubanos ocupaban una parte sustancial del territorio.
Asamblea de Santa Cruz - En octubre de 1898 la situación nacional requirió cumplir el acuerdo de la Constitución de la Yaya, y fue convocada la Asamblea de Santa Cruz, que se propuso asumir la dirección del país e implantar la creación del Estado. Designó a una comisión para que fuese a Estados Unidos y precisara el futuro de Cuba, siempre con la idea de implantar una nación libre y soberana, pero el gobierno norteamericano no la consideró oficial, por lo que no la reconoció como representante del pueblo cubano. Estados Unidos se introdujo en la guerra cubano-española y la convirtió en falsamente hispano-cubano-norteamericana, por medio del autoatentado al acorazado Maine.
Gobierno de la República – La intervención norteamericana en el conflicto hispano - cubano, despojó a los mambises de su merecida victoria, conquistada al filo del machete. El 20 de mayo de 1902, conceden a Cuba la independencia formal con una enmienda constitucional impuesta por el Congreso Norteamericano - la Enmienda Platt – que confería a Estados Unidos el derecho de intervenir en su territorio cuando le viniera en ganas y con una base naval yanqui norteamericano emergente. El sarcasmo de aquella república no podía ser mayor y en medio de aquellas ficciones, fue constituido el Congreso con el Senado y la Cámara de Representantes; quedó elegido el Presidente de la República y se creó el andamiaje de la Neocolonia, pero la República nacía frustrada y los privilegios   desnaturalizaron todos los anhelos de Céspedes, Agramonte, Gómez, Maceo y José Martí, el más avanzado y capaz de los libertadores, organizador y guía de la guerra libertadora de 1895.
Gobierno RevolucionarioLa institucionalización de la Revolución comenzó desde el mismo momento en que se desbarató todo el sistema de la seudorepública, aún cuando el Gobierno Revolucionario cumpliera funciones con cierto grado de provisionalidad durante sus primeros 15 años de existencia. Como explicó Fidel Castro en el Primer Congreso del Partido:
"La Revolución no se apresuró en dotar al país de formas estatales definitivas. No se trataba simplemente de cubrir un expediente sino de crear instituciones sólidas, bien meditadas y duraderas que respondieran a las realidades del país."
Los años entre 1959 y 1975 fueron de profundos cambios revolucionarios     donde también fue preciso enfrentar las agresiones del imperialismo y de la contrarrevolución interna. Para desplegarse y desafiar las tareas del momento, hacía falta un aparato estatal operativo y eficaz, que ejerciera la representación del pueblo trabajador y que pudiese tomar decisiones rápidas.
Poder Popular -  En 1974 el Gobierno tomó la decisión de llevar a cabo en las localidades de la provincia de Matanzas, al occidente del país una experiencia sobre el establecimiento de los Órganos del Poder Popular.
Desde el comienzo de su aplicación los ciudadanos participaron en las tareas del gobierno local, en el control de la administración, y en la búsqueda de soluciones para los problemas que más gravitaban sobre la colectividad. Los frutos de aquella experiencia permitieron vertebrar el sistema de instituciones representativas estatales que culminó con la creación de los Órganos del Poder Popular en los todos los municipios y provincias del país.

El 10 y el 17 de octubre de 1976, en primera y segunda vueltas electorales, el 95,2% de todos los cubanos mayores de 16 años, mediante voto secreto y directo, eligieron en las urnas, a los 10 725 delegados a las 169 asambleas municipales del Poder Popular, de los mas de 30 000 candidatos que habían.

Después, con la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular el 2 de diciembre de 1976, la elección del Consejo de Estado, su Presidente y Vicepresidentes, y la designación del Consejo de Ministros, la esencia democrática de la Revolución quedó fortalecida con modos más efectivos de participación en la vida pública, los que hicieron posible una intervención más directa de los ciudadanos en la dirección de los asuntos del Estado y de todas las actividades de la sociedad.