El
mundo necesita hombres de la estirpe
de Maceo que ante el enemigo respondan siempre con un Baraguá.
Así
son los cinco cubanos que desde septiembre de 1998 están presos injustamente en
Estados Unidos, acusados de terroristas por un gobierno que tiene en su aval la
muerte de millones de personas alrededor del planeta.
Cuba
no está sola en la batalla por su liberación, desde todos los rincones de la
tierra se alzan voces reclamando la libertad para René, Antonio, Ramón,
Fernando y Gerardo; muchos países, incluido el pueblo de Estados Unidos, están
hermanados en un movimiento de solidaridad que realiza esfuerzos para que la actual
administración norteamericana permita su regreso a la patria.
Las
manifestaciones de respaldo al caso de los cinco, han permitido que la verdad
trascienda, aun cuando las campañas de difamación sobre el proceso pretendan
silenciar la justa causa.
La
confianza depositada por los antiterroristas en la lucha que se libra para su
regreso, alienta a los cubanos y a las personas de buena voluntad en todo el
planeta, a continuar la batalla.
Es
preciso multiplicar las olas de solidaridad, de verdad y dignidad para que
superen las calumnias organizadas desde Europa y Estados Unidos, con el fin de ocultar
el caso de los cinco.
Hoy,
cuando el mundo se levanta, solidario, contra la mentira y el silencio, en Cuba
seguirán los esfuerzos por los hermanos presos, juntando manos y voces para que
sea escuchado el reclamo de justicia y libertad.
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